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martes, 21 de julio de 2015

LA MUERTE AZUL, Elsa Yolanda Solís Molina, Barcelona, España



LA MUERTE AZUL

A las voraces aguas azules del Mediterráneo, se lanzaba una precaria barcaza
colmada de vidas desesperadas, huyendo del terror, la miseria y la persecución.
Hacinados, sudorosos, la mirada fija en la orilla lejana que sólo su anhelo veía.
Brazos morenos y delgados harían el postrer esfuerzo, después de la decisión
de elegir entre la vida y la muerte, el terror o una eventual, nueva existencia...
Dos o tres mujeres en evidente estado de embarazo, se habían atrevido a esa
aventura incierta, después de una elección entre ello o un triste final en soledad.
Era la desesperada huida como última salida o hambre, persecución y guerra...
Esos hijos del dolor, quizá pudiesen sobrevivir en una nueva tierra, en paz...
Los patrones de la barca, cobraban mientras tanto el pasaje, sin escrúpulos
ya que sabían que iban a un viaje inseguro, penoso, interminable o fatal....
Especulaban con la muerte de seres amontonados, derrotados, débiles...
En sus ojos, desorbitados se notaba que no habían tenido otra salida a tanta
persecución, martirio y  bandas organizadas que especulando con su desgracia,
hacían su caja, amontonando ignominia, ignorando clamores de angustia....,
Los ateridos pasajeros, con sus espaldas doblegadas como sus almas,
hacían el último esfuerzo ......¡ Ya les quedaban dos opciones, vivir o morir...!.
La noche cubrió el atronador ruido del viento sobre las oscuras marejadas...
La horas de tan definitivo viaje, iban mermando las fuerzas de tan improvisados
navegantes, el frío paralizaba sus  defensas, el hambre y la sed, se enseñoreaba
ya de la mayoría, los ojos desorbitados brillaban en la oscuridad de sus ingratos
destinos, la tensión y el esfuerzo, comenzaba a traducirse en riñas o miradas
furtivas, que las olas celosas ante los intrusos de su soledad, inquietaban con su
violencia ,aún más, a esas almas sin paz ni alegría...¡Una riña  súbita, colmó  de
gritos y furia un sector de la barcaza.! Hubo unos golpes y todo fue tan rápido que
cuando las espumantes olas se llevaron  dos cuerpos, todos quedaron mudos,
al ver horrorizados como las olas solo dejaron ver unos brazos suplicantes que
desaparecieron al instante. El silencio de la muerte reinaba en el puñado de
rostros que se volcaban a consolar a una pobre mujer desesperada....
Al salir un sol radiante que ignoraba dolores y tragedias, solo cumpliendo su misión
de alumbrar un mundo que se va destruyendo solo, se vio a lo lejos que la tierra firme,
aún les daba el ignoto suplicio de unas vallas insalvables, de fusiles apuntándolos,
a estos peligrosísimos hombres, mujeres y niños, que de nuevo, debían elegir entre
la vida y la muerte.


©YOLANDA ELSA SOLÍS MOLINA, poeta y escritora argentina,
desde Barcelona, España.
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA







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